Desde el año 2006 hasta ahora se han generado más datos que los que la humanidad había producido en todo su recorrido anterior y las previsiones de crecimiento de los mismos son exponenciales hasta, según los últimos estudios, alcanzar los 35,2 Zettabytes en el año 2020. Ni siquiera soy capaz de hacerme una idea de la cantidad de datos que esto significa…
Más “datos”, en el año 2014 ya hemos alcanzado la cifra de 2.900 MM de usuarios conectados a internet y las estimaciones hablan de 5.000 MM de usuarios en el año 2016.
Estas dos referencias tienen un potencial de negocio en sí mismas de incalculable valor, pero si pensamos en el mundo retail, además, supone un incremento de su mercado potencial impresionante de la mano de sus estrategias digitales.
Hace algunas semanas asistimos al último evento del Club Retail del IE en el que un elenco de profesionales del sector se dio cita, así como expertos en digitalización. Las dos palabras que más se escucharon esta jornada fueron Móvil y Big Data (Good data, Smart data, …) y es que la combinación de ambas marcará la diferencia… ya no me aventuro a decir para los próximos años, en el entorno tan cambiante en el que vivimos, pero sí con el horizonte 2017.
Y estos dos grandes temas convergen en el quid de la cuestión: la identificación del cliente único independientemente del canal a través del cual realice sus compras o sus investigaciones para futuras compras. Sí, “investigaciones” porque el consumidor ahora está más informado, es más exigente y se está acostumbrando a unos paradigmas de servicio nunca imaginados.
¿Nos llegamos a hacer una idea del valor de conocer todas las interacciones que un consumidor puede hacer con una marca?
Desde realizar una consulta por el móvil, a conectarse desde su tablet o PC para confirmar alguna promoción, o a pasearse por el establecimiento físico y decidir si comprar, en ese u otro canal. Combinando estos datos con su perfil, intereses, actividad y repercusión en redes sociales, la meteorología o el tráfico, la existencia de eventos concretos o la estacionalidad del año, podemos analizar cómo todo esto influye en sus impulsos de consumo. Si unificamos esta información de diferentes momentos, tendremos un conocimiento del mismo que dará unas capacidades de segmentación hasta ahora no contempladas, no sólo para incrementar las ventas, sino el servicio que se le ofrece en sí: si no estoy nunca por las mañanas en casa y me falla el primer envío a domicilio de un paquete comprado en una tienda electrónica, automáticamente lo derivo a un punto de recogida físico.
Y todo ello, sin acciones intrusivas o agresivas, porque estaremos controlados, pero no queremos saberlo.
Esto se consigue con la aplicación de estrategias inteligentes de Big Data, que no es sólo recoger el dato, es saber hacerse la pregunta de negocio concreta sobre ese dato y aplicar los modelos adecuados. Y en Piper somos expertos!!!