El pasado martes, aprovechando el viaje a Barcelona para visitar el SIL, fuimos a Armand Basi. Hacía tiempo que no los veía; Basi me ha inspirado para este post y es que se han tenido que reinventar durante esta crisis.
El sector de la moda en España ha sido uno de los más castigados estos años. Los que con la apertura de los mercados tendieron a la deslocalización y la internalización, pese a sufrir, han podido capear el temporal; algunos, como el caso de Armand Basi, reinventándose. Se han convertido en una empresa licenciataria, comercializadora de las marcas que ya tenían Armand Basi y Lacoste España, y ahora empezando con otras nuevas en nuestro país como Nautica. Ha debido ser duro el cambio para una empresa como Basi, empresa de tradición productiva durante décadas, pero en estos casos, el “renovarse o morir” aplica hasta la última consecuencia.
Siguiendo este hilo de pensamiento, dentro de otro de los sectores perjudicados por esta crisis (y la disminución de presupuestos por parte del gobierno), el de la investigación científica, encontramos ejemplos como Precipita. Los organismos dedicados al fomento de la investigación han tenido que buscar en fuentes privadas la inversión que necesitaban para potenciar proyectos de I+D.
Precipita es una plataforma de crowdfunding que con micro donaciones particulares ha conseguido financiar, desde septiembre de 2014, la publicación de 24 proyectos, de los que 15 han conseguido el mínimo de inversión, recaudando, un total de de 187.600 €; proyectos de investigación como Detección Precoz de VIH, Investigación sobre Leucemia Infantil, Prevención del Síndrome Hemolítico Urémico, Detección y Seguimiento del Cáncer Cerebral más Común,… Precipita, además, así, ha acercado la ciencia a la ciudadanía.
Otros modelos de negocio, como Escrapalia (a los que ya mencioné en un post anterior) han surgido en estos años, enseñado a las grandes empresas de este país el valor de los activos en desuso y excedentes, generando retorno para sí mismos, oportunidades para empresas más modestas, fomentando la recuperación de materiales y , con ello, aportando positivamente al medioambiente. Estos procesos de logística inversa que se han puesto en marcha en los momentos de crisis para hacer caja y reducir costes formarán parte de sus procesos naturales de ahora en adelante.
En el plano socio-político, no sólo se ha desatado la intolerancia a la corrupción y a la ingente maquinaria burocrática y gubernamental de este país, sino que ha dado lugar a nuevas formaciones políticas que están irrumpiendo con fuerza este año, eminentemente electoral. Ha habido un giro de conciencia y responsabilidad en el plano de lo social y de justicia y equidad en el político.
Y la pregunta a estas alturas, cuando parece que los peores años de esta crisis los hemos dejado atrás, es si realmente hemos invertido en solucionar los problemas estructurales de la economía española, o seguimos anclados en ellos. Algunos indicadores siguen apuntando a que la falta de productividad interna es origen del incremento de la deuda neta de España frente al exterior, lo que se suma a la vulnerabilidad por la exposición clara a los mercados financieros.
Las soluciones y el momento los tenemos al alcance de la mano: inversión en I+D, fomento de la innovación, mejoras en los modelos educativos, flexibilidad y eficiencia de las Administraciones Públicas, fomento al emprendimiento y la simplificación (que no digo flexibilización) del mercado laboral.
En resumen, dada nuestra cultura, esperemos que la moraleja de estos años tan duros no sea simplemente… “otra urbanización de lujo”….