El próximo 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y, como cada año desde hace veinte, se llevará a cabo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid una lectura ininterrumpida durante unas 48 horas de la obra más famosa de Miguel de Cervantes: El Quijote.
Mucho ha cambiado el mundo del libro desde que se escribiera esa gran novela. La revolución más reciente ha venido con la llegada al gran público de los lectores de libros electrónicos. A veces resulta sorprendente la antigüedad de ciertas ideas y quiero aprovechar para citar el pequeño homenaje que hizo Google en su Doodle del día 28 de marzo a Ángela Ruiz Robles, profesora, escritora e inventora española, considerada pionera de los libros electrónicos por su invento de 1949: la Enciclopedia Mecánica.
A partir de mediados de los 2000, cuando Sony y Amazon empiezan a comercializar masivamente sus dispositivos Sony Reader y Kindle, se produjo un crecimiento espectacular de las ventas de libros en formato digital. Por ello, algunas personas vaticinaron que acabarían provocando el fin del soporte en papel. No obstante, no parece que vaya a ser así, según argumenta este artículo del NY Times.
Si nos quedamos un poco más cerca, en el informe del sector del libro en España, el papel sigue siendo el formato preponderante: de cada 100 libros publicados solamente 22 son digitales y en términos de facturación el peso es mucho menor, de cada 100 euros facturados sólo 3,70 euros proceden de la venta de libros digitales.
Lo más probable es que ambos soportes convivan en mayor o menor proporción pero, más allá de la cuestión de la digitalización o no del soporte, también resulta tremendamente interesante la digitalización del proceso de venta.
Si no has leído El Quijote y por algún casual quieres abordar esa “eterna tarea pendiente”, independientemente de si lo quieres en papel o en formato digital, es probable que lo busques en Internet y acabes en alguno de los grandes portales de venta. En ellos es habitual encontrarse frases similares a la del título de este post, recomendando otros libros que podrían gustarte o que suelen ser leídos también por otros lectores que compraron el libro que estás buscando, con el objetivo de aumentar las ventas. Concretamente, en el ejemplo que he extraído de La Casa del Libro se sugieren, además de otras versiones de El Quijote, las Novelas Ejemplares, también de Cervantes y otra obra a priori menos evidente: El Jugador, de Fiodor Dostoyevski.
Estas recomendaciones son posibles gracias, precisamente, a la digitalización del proceso de venta que mencionaba, ya que se registran y se pueden analizar todas las ventas. Aplicando algoritmos como el conocido popularmente como la cesta de la compra, se detectan automáticamente cuáles son los libros que la gente suele comprar a la vez que uno o varios seleccionados. Por tanto, se podrá hacer una recomendación a ese cliente que está navegando en nuestra web y a punto de comprar, aumentando la probabilidad de que adquiera otro u otros libros.
Si además del qué, sabemos quién y cuándo ha comprado, se pueden llevar las recomendaciones a otro nivel gracias al detallado conocimiento del cliente. Aplicando algoritmos más avanzados, el grado de personalización alcanzable mejorará notablemente la acogida y la respuesta por parte de un cliente ante nuevas recomendaciones. Esta es una de las cosas que nos gustan y se nos da bien hacer en PiperLab.
[bctt tweet=»Si sabemos qué, quién y cuándo ha comprado, podemos hacer recomendaciones más detalladas con algoritmos avanzados» username=»piperlab_es»]
Esta estrategia no está limitada, ni mucho menos, al mundo del libro. Se pueden llevar a cabo este tipo de recomendaciones en cualquier negocio en el que se registren los datos mencionados acerca de las ventas y, si es posible, de los clientes o potenciales clientes. Típicamente los eCommerce son un buen entorno porque, debido a su naturaleza digital, suelen estar preparados desde su nacimiento para recopilar mucha información de su actividad y la de sus usuarios.
Una de las primeras cuestiones que te pueden venir a la mente es que es necesario tener cientos de miles, o millones de usuarios/clientes para que el análisis de datos funcione. Nada más lejos de la realidad, desde unos cientos o unos pocos miles de usuarios ya se pueden empezar a obtener valiosas conclusiones que ayuden a mejorar el conocimiento de dichos clientes y por ende la marcha de tu negocio.
Además, desde PiperLab somos expertos en complementar y enriquecer con otras fuentes toda la información que un negocio registra habitualmente. Por poner algunos ejemplos, relacionamos la actividad con los calendarios o la meteorología, podemos analizar lo que dicen y lo que comparten tus usuarios en Redes Sociales como Twitter o incluso anticiparnos al registro de un usuario en tu plataforma y hacer un primer perfilado en base los datos de su navegación cuando visita tu página web.
Ya te guste leer más en una pantalla o sobre el tradicional papel, cada vez es más probable que un algoritmo te sugiera e influya sobre tu próxima lectura o tu próxima compra.
(Fuente de la imagen de cabecera: Instituto Cervantes Nueva York)