La pregunta llegó al final de nuestra primera sesión de mentoring. Nos habíamos encontrado apenas un mes antes en un evento de la Red de Mentores Madri+d promovido por la Fundación para el conocimiento Madri+d, un programa que ha facilitado mentores por períodos de seis meses a más de 250 start-ups de base tecnológica desde el año 2011.
Una de ellas había sido PiperLab, donde un equipo joven, brillante y motivado se encontraba trabajando con una misión muy clara: aplicar la ciencia de datos para generar valor de negocio en cada proyecto y en cada cliente. No me sorprendía verles crecer a un ritmo vertiginoso, difícil de gestionar incluso para empresas ya asentadas.
Llevábamos tres horas diseccionando el negocio, analizando fortalezas y debilidades con una transparencia brutal. Apuntábamos abiertamente las carencias que descubríamos en una conversación fluida y sincera, a pesar de que nos acabábamos de conocer. Ya habíamos seleccionado las áreas de trabajo, cerrado los temas de las próximas cuatro sesiones y agendado el siguiente encuentro.
La pregunta no tocaba. No era curiosidad. Había algo más. Estaban comprobando el compromiso.
-«Nos jugamos mucho en esto, ¿y tú qué?”-Lo tenía claro, si no, no me habría metido en esto…-«Me apasiona el desarrollo de personas y aprender me mantiene joven; trabajar con vosotros me aportará otra perspectiva del emprendimiento tecnológico en España»- Quedaba claro que todos ganábamos y quedaba confirmado el compromiso.
Pasaron los meses y las sesiones crecían en asistentes. Ganamos en confianza mutua, compartiendo experiencias, experimentando con nuevos conceptos, aplicando los conocimientos más útiles, haciendo y aprendiendo a la vez. En la última sesión el equipo presentaría la aplicación práctica, la prueba de fuego. Ahora sabríamos si había valido la pena el esfuerzo.
Desgranaron uno a uno los resultados de su trabajo, las nuevas prácticas que les permitirían abordar la siguiente etapa de crecimiento con confianza, manteniendo la misión y cultura originales. Desde Marketing y Ventas a Operaciones y Recursos Humanos. Todas las áreas formaban un marco flexible definido desde la cultura de PiperLab. Lo habíamos conseguido.
En el camino de vuelta me preguntaba por qué unas relaciones de mentoring funcionan tan bien y otras no tanto. Repasé mentalmente mis experiencias pasadas, como mentor y como mentorizado, buscando qué tenían en común las mejores y qué faltaba en las no tan buenas. Llegué a tres conclusiones:
- Respeto. Mutuo. El mentorizado tiene una oportunidad única que sólo aprovechará dando la prioridad adecuada a las sesiones y trabajo acordados. Y eso es respetar al mentor. El mentor debe crear un clima de confianza donde sea fácil compartir las debilidades, recordando que es el mentorizado quien se juega sus cuartos y manteniendo la mente abierta para aprender. Y eso es respetar al mentorizado.
- Compromiso. Toda la carne en el asador, los dos. Que seis meses son muy largos cuando el día a día te come… Así que definamos desde el principio qué saca cada uno, asegurando que los dos ganamos lo suficiente para sostener el esfuerzo en el tiempo. El mentor, preparando sesiones de calidad. Y el mentorizado, seleccionando los conocimientos útiles para su negocio, incorporándolos a su plan y aplicándolos de forma efectiva.
- Profesionalidad. Si vamos en serio, esto es un proyecto. Y el mentorizado mi cliente. Así que acordemos cuanto antes unos objetivos claros y una planificación realista para el programa completo, que podamos medir el progreso. En nuestro caso (6 sesiones en 6 meses) utilizamos la primera sesión para diagnóstico, donde seleccionamos las áreas de trabajo que agendamos en las siguientes 4 sesiones. La última sesión la dejamos abierta, y al final la dedicamos a revisar la aplicación práctica.
Como dato ilustrativo, hoy en día el Mentoring reduce en un 20% la mortandad de las start-ups, según indica el director de la Red de Mentoring de España, Julio Rodríguez. Asimismo, señala que:
- Evita errores y ahorra tiempo
- Permite identificar nuevos nichos de mercado no contemplados
- Ayuda a abrir puertas y facilita nuevos contactos
- Focaliza los esfuerzos del equipo emprendedor
- Puede incrementar sus cifras de venta, los mentores pueden ayudar a encontrar nuevos clientes
- Mejora el posible acceso a inversionistas
Son muchas las necesidades de ayuda que plantean las start-ups, tanto en su fase inicial como de consolidación. En la Red de Mentores han identificado las más importantes:
- Comercialización y búsqueda de clientes
- Personal técnico cualificado
- Financiación externa y recursos propios
- Imagen de marca y confianza en terceros
- Información sobre tecnología
- Socios para cooperar en innovación
- Socios para expansión internacional
- Información sobre mercados competidores
- Protección de la propiedad intelectual
- Espacio físico
El último día me contaron los chicos de PiperLab la iniciativa que tienen en marcha sobre los Post Solidarios y me propusieron participar. -“Esto parece que se te da bien, ¿por qué no escribes sobre mentoring?”- No soy de escribir, pero el reto me obligaba a reflexionar, consolidar mi experiencia y salir un poco de mi zona de confort. Otra oportunidad de aprender y crecer. ¡Gracias!
(Con la publicación de este post, Nacho Lago, Western Europe Service Line Lead en Microsoft y mentor voluntario en el programa Red de Mentores de Madri+d, colabora en la investigación del proyecto “Biotecnología para combatir el alzheimer» en el que trabaja la investigadora Ana María Sánchez-Pérez, junto con su equipo, en la Universitat Jaume I)