El sector de la automoción no se muestra indiferente a la transformación digital que estamos viviendo y al valor que aportan los datos.
Las nuevas tecnologías generan muchos datos susceptibles de ser analizados, proporcionando información nueva y en algunos casos en tiempo real que nos ayudan a la toma de decisiones.
La aplicación de estas tecnologías que nos ofrece el Big Data, favorece a toda la cadena de valor de la industria automovilística, desde el proceso de fabricación, donde multitud de sensores permiten garantizar la calidad de las piezas, reduciendo los errores, hasta anticipación a las averías, con ahorros de hasta un 20% en los coste de mantenimiento, anticipando el desgaste de las piezas a través de modelos predictivos.
La nueva economía del dato pone el centro de atención en la investigación y en la información, para crear procesos más efectivos y eficientes, que permitan fabricar mejor con menos recursos
La nueva economía del dato no pone el centro de atención en las materias primas, como ocurría en las economías lineales, sino en la investigación y en la información, donde se pretende crear procesos más efectivos y eficientes, que permitan fabricar mejor con menos recursos, además de conseguir una mayor durabilidad de las piezas a través de procesos de mejora de calidad.
El proceso industrial en la automoción, donde los robots en las plantas de montaje participan en los procesos de fabricación con múltiples sensores, favorecen un nivel de calidad óptimo, además de la durabilidad de las piezas.
La industria de la automoción no solo se ve favorecida en sus procesos industriales sino también en su servicio postventa. El conocimiento que tenemos ahora de los clientes a través de los datos: el customer journey por el que pasa el cliente en su proceso de compra, sus interacciones con el servicio postventa, permite perfilar a cada tipo de cliente y favorecer su experiencia de compra.
Desde el punto de vista de las marcas, los datos les pueden ayudar a comparar modelos entre sí, propios o de competidores, ver que colores tienen más aceptación o que prestaciones, para favorecer su cifra de ventas y todo esto segmentado por zona geográfica y perfil de cliente. Con esta información pueden dimensionar su fuerza de ventas, especializar el discurso o incluso modificar el diseño de sus modelos para incrementar las ventas.
Pero esto no termina aquí. La información que recogen los vehículos conectados puede ayudar a reducir la siniestralidad, además de conocer a cada conductor y poder adecuar su oferta para ofrecerle productos personalizados como pueden ser seguros de acuerdo con sus necesidades.
Comportamientos que antes eran casi imposibles de detectar como fraude o adopción y abandono de nuevos productos, se han convertido en los modelos más demandados por las compañías que dan servicios al sector automovilístico y saben que en los datos tienen una ventaja competitiva.