Uno de los propósitos de año nuevo más recurrente es el de empezar a hacer deporte. Sin embargo, son pocos los valientes que lo terminan cumpliendo. El Big Data supone una ventaja competitiva para los centros deportivos, que pueden lograr incluso que el compromiso de los usuarios con la actividad física sea mayor.
Benjamín Arregocés, Digital Manager de la empresa BH Fitness, cuenta en Capital Radio cómo funciona el análisis de datos en un sector como el deportivo. Esther Morales, socia de PiperLab, explica cómo los datos pueden mejorar el rendimiento.
Algunos de los usos más interesantes que los datos aportan a los gimnasios es la capacidad de predecir situaciones que antes resultaban imposibles. Por ejemplo, se puede analizar qué máquinas registran un mayor uso y, por tanto, se pueden estropear con mayor frecuencia. O también qué usuarios tienen una mayor probabilidad de dejar de hacer deporte, explica Benjamín.
“Depende mucho de cómo esté situada la cinta de correr en el gimnasio. No es lo mismo que de a un ventanal que a una pared. Una misma máquina puede tener mucho más uso si el sitio donde está es más agradable y tendrá mucho más desgaste”.
En los clubes deportivos ya se utilizan este tipo de análisis, según cuenta Esther. La NBA ha sido uno de los propulsores, y también se utiliza en el mundo del fútbol.
“Un partido recoge 8 millones de datos, mientras que el ojo humano solo puede captar un 30%”.
Aunque la realidad es que el Big Data en el deporte es algo aún muy nuevo, según cuenta Benjamín. En comparación con otros sectores, el nivel de digitalización es más bajo, aunque desde hace un año y medio el proceso se ha acelerado, explica.
“Es un sector más lento. A muchos centros deportivos les ha ido bien con poca tecnología porque entran en juego intangibles como el ambiente que se crea, cómo de a gusto te sientes y cómo te tratan. Aunque con la pandemia se ha digitalizado la sociedad”.
El confinamiento además ha supuesto que muchas personas prefieran adquirir sus propias máquinas para instalar en casa. Benjamín afirma que la demanda ha aumentado. Sumado a la capacidad de sus máquinas para conectarse a las bandas deportivas y a aplicaciones como Apple Salud o Google Fit, el compromiso del usuario es mayor tras estos últimos meses.
“Los usuarios tienen toda la información deportiva, tanto lo que hace cuando va a correr al aire libre y los pasos que da en un paseo, como los kilómetros que hace en la cinta”.
“Los datos proporcionan un análisis a través de la evidencia objetiva. A los usuarios, que cada vez somos más digitales, nos gusta medirnos de una forma objetiva y ver cómo vamos evolucionando”, añade Esther.
Puedes escuchar la entrevista completa en el siguiente podcast: